La utilización de coordenadas góticas para el estudio de la ficción de Weldon resulta especialmente esclarecedor a la hora de analizar el constante ejercicio de deconstrucción al que la autora somete la personalidad femenina en su sentido tradicional. En esta tesis argumento que, por ejemplo, el título y el sentido de una de sus obras más emblemáticas, Praxis, es un claro exponente de lo que su narrativa representa. Praxis podría categorizarse como Bildungsroman, si no fuera porque el término realmente apropiado para describirla tendría más que ver con Entbildung o destrucción de todo lo previamente asimilado.

 

Para desmantelar el ideal de feminidad al que la mujer tradicionalmente ha aspirado es necesario detenerse a examinar el proceso de creación de personalidad para lo que me baso, siguiendo a Susanne Becker, en el concepto de abjection, tal como lo postula Kristeva, que refiere a todo aquello que vamos expulsando y rechazando con el fin de convertirnos en seres socialmente aceptables. Estos elementos, que han sido necesariamente suprimidos en el transcurso de la formación del individuo, son interpretados como desviaciones o manifestaciones anómalas; sin embargo, permanecen camuflados y actúan en una doble dirección de atracción-repulsión. Dejarse cautivar por estos elementos censurados socialmente supondría la desintegración o aniquilación de la personalidad tal como la conocemos y un destino de completa marginalidad. Se podría llegar incluso a una ruptura de límites: los que separan a los dos sexos, el que separa el temor del placer, la vida de la muerte, etcétera.

 

Teniendo en cuenta la rigidez de las normas que contribuyen a la formación de la personalidad siguiendo los parámetros de género, no es de extrañar que para que los personajes femeninos logren autoafirmarse hayan de recorrer un proceso inverso al adoptado en su educación inicial. De esta forma, la desintegración de la personalidad adquiere un nuevo sentido, deja de entrañar muerte y aniquilación y pasa a significar renovación y una nueva vida. En estos nuevos ritos de iniciación las mujeres tienen que endurecerse, perder su inveterada tendencia a convertirse en víctimas y dejar de ver sus cuerpos como un componente ajeno a ellas cuya presencia parece contradecir sus deseos más íntimos y entorpecer sus decisiones − la imagen de salas de maternidad en las que se retratan situaciones grotescas es habitual en Weldon. Hasta tal punto la superación de obstáculos y contratiempos es un requisito imprescindible en sus novelas que algunos personajes que no son capaces de superar las barreras o inhibiciones que impiden su completa realización reaparecen en forma de espíritus. Su existencia es increíble en la misma medida en que el sufrimiento que las condujo a esa situación es ridículo.

PERSONALIDAD FEMENINA